CAPITULO 2

BILL

Me había despertado de mala ostia por culpa de mi hermano. Siempre hacía igual…



-BILL, UN CAMIÓN UN CAMIÓN!!!!! –abrí los ojos y me encontré con una luz clavada en mis ojos. Me desperté de golpe, sobresaltado, pegando un bote en el asiento.- jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaajajajajajaajajajjaajajaa!

-SERÁS CABRÓN!

-Vaaaaaaaaaaale!-Dijo mamá, pero Tom seguía riéndose.

-Pero mamá..!

-Ni peros ni peras, cojed vuestras cosas que ya hemos llegado. –Le eché una mirada asesina a Tom y él, como respuesta, sonrió. Siempre hacía igual.



A la salida del aeropuerto de.. Cananosequé, llamamos a un taxi para que nos llevara al hotel. Por suerte hablaba alemán. Según nos contó, en Cana… en esta isla, vivían muchos alemanes jubilados y los turistas, por excelencia, eran los alemanes.

El taxista nos dejó delante de la puerta del hotel en el que nos hospedaríamos durante un mes. Por suerte estaba enfrente de la playa, solo tenías que cruzar una carretera y ya estabas en un paseo grande por donde había mucha gente y chiringuitos y, en frente, la playa.

Entramos al hotel y mientras nuestros padres iban a recepción nosotros nos sentamos en los sofás del hall.



-Que corto se me ha hecho el viaje.

-No me extraña –me contestó Tom con desgana. Me levanté del sofá y me senté a su al lado- Vamos, anímate, aquí hay muchas chicas guapas –le sonreí cómplice. Me miró e hizo lo mismo.

-Es que estoy cansado, menudo viajecito me has dado coño.

-Hijos, aquí tenéis la llave de vuestra habitación –Mamá y Gordon ya habían vuelto.

-Mamá, ¿Tengo que compartir mi valiosa intimidad con este engendro?-soltó Tom cogiendo las llaves.

-Serás cabrón

-Dios mío, ¿Qué puedo hacer ya? –se lamentó mi madre.

-Venga no te agobies, cariño. –susurró. La agarró de la mano y la besó la mejilla.

-En fin, me voy con el engendro a mi habitación –la dije.

-Querrás decir a nuestra habitación.

-Bill, no metas más cizaña

-Que no meta más cizaña?! Pero si eres tú el que me provoca!!





GRACE

El sol picaba aquel día. Me incorporé y volví a echarme crema.

Había muchos extranjeros en la playa y había cada chaval que no estaba nada mal. Cojí las gafas de sol y me tumbé boca abajo. Apoye los codos en la toalla y mi cabeza en mis manos y empecé a mirar a un grupo de tíos de unos 19/20 años que estaban haciendo el indio en el mar. Me fijé en uno de ellos, era alto, con los músculos marcaditos, moreno de piel y de pelo, y lo más importante para mí… tenía una sonrisa que te derretía al instante. De pronto me miró, me quedé como si me hubiese pillado haciendo algo malo. Hice como que no le estaba mirando precisamente a él, pero me sonrió y no pude evitar hacer lo mismo que él. Entonces una chica le agarro por el cuello, él se giró enseguida y empezaron a besarse.

Genial, flirtea con una desconocida y después le come los morros a su novia, los tíos son la ostia.